Debo encontrarme en la ciudad de los sueños,
no hay besos ni caricias, ni un ápice
de la huella de lo nuestro.
¿Dónde se fueron los abrazos?
¿Dónde están esos besos?
¿Dónde….donde amor mío?
¿Dónde los dejaste quietos?
Te miro, pero no eres tú,
te busco y no te encuentro,
no hay nada a mi alrededor,
no suena la melodía que nos unió;
sin ti todo está desierto.
Doy vueltas y vueltas buscando
lo que nunca ha existido,
tal vez nunca pasó,
tal vez solo fue un sueño.
Al despertar se impone la realidad:
sigo habitando sin remedio en la ciudad
de los sueños muertos.
Ana Giner
©