Respetar y el saber estar. Es mi lema para vivir de frente la vida. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos, pero no me importa, prefiero ofrecer amor incondicional, que pasar por la vida sin ofrecer nada. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, la sinceridad y verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y que traicionan mi amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/ or de los animales; no me interesas ni como humano, ni como amigo. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Una opinión como otra cualquiera






Una opinión como otra cualquiera, pero, es la mía.

Celos, impotencia, posesión, manipulación, poder, después, el perdón y vuelta a empezar. Buen coctel sutil, pero vil, para maltratar a otro ser humano. Demasiadas mujeres, han perdido la vida en lo que llevamos de año, a manos de sus parejas o exparejas y en algunos casos, también matando a sus propios hijos que es el culmen de la barbarie. Es muy preocupante que cada vez, son más jóvenes los maltratadores y, por ende, sus víctimas. Jóvenes que controlan a sus parejas a través de las redes sociales, móviles, whatsapp y ellas que no se dan cuenta del peligro, justificándoles, que lo hacen porque las quieren. ¿Qué estamos haciendo para erradicar esta lacra, de nuestra sociedad? Nada. Millones destinados para la violencia de género, y nada funciona, cada día mueren más mujeres. Tampoco la cárcel para los maltratadores es la solución, no lo digo yo, sino las estadísticas; tampoco funciona, ya que está demostrado que se multiplica la ira y ganas de vengarse, y en la cárcel no está precisamente reflexionando en lo que ha hecho, ni de cómo recuperarse de su enfermedad de violento; al contrario, cómo cuando salga, irá directamente a terminar lo que antes no pudo, a matar. Por tanto, la persona violenta y maltratadora, tampoco se reinserta la privacidad de su libertad. Pensemos por un momento. ¿No sería mejor invertir en centros especializados en el control de la ira y recuperación? En algunos países se está implantando este método.
Desde el minuto cero, que una mujer denuncia a su pareja o expareja, automáticamente el maltratador tendría que ser apartado de la sociedad y que sea tratado hasta su total recuperación. Y desde el minuto cero, poner en marcha todas las medidas pertinentes para ayudarle a la mujer y sus hijos, solo así, se evitará que en el futuro sea demasiado tarde.

La educación impartida no funciona, hay que cambiarla. La educación se debe implantar desde pequeños. Educarles que pegar a otro ser humano, no es ser más machote, porque, ahora es machote, de mayor será un violento convirtiéndose en maltratador y lo más probable que en un asesino, repudiado por la familia y la sociedad.

Artículo por: Ana Giner Clemente