Respetar y el saber estar. Es mi lema para vivir de frente la vida. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos, pero no me importa, prefiero ofrecer amor incondicional, que pasar por la vida sin ofrecer nada. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, la sinceridad y verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y que traicionan mi amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/ or de los animales; no me interesas ni como humano, ni como amigo. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

domingo, 4 de diciembre de 2022

Feliz Navidad

 

"Elijo a mis amigos, no por la piel u otra característica

cualquiera, sino por la pupila,

que tiene que tener brillo inquisidor

y tonalidad inquietante."

A mí no me interesan los buenos de espíritu ni los malos de hábito.

Me quedo con aquellos que hacen de mi un loco y un santo.

De ellos no quiero respuestas,

quiero que me traigan dudas y angustias

y aguanten lo peor que hay en mí.

Por eso, únicamente siendo loco quiero los santos,

para que no duden que las diferencias son buenas.

Elijo a mis amigos por la cara lavada y el alma expuesta.

No quiero solamente un hombro o un regazo,

quiero también su mayor alegría.

Amigo que no ríe conmigo no sabe sufrir a mi lado.

Mis amigos son todos así: mitad tontería, mitad inteligencia.

No quiero risas previsibles ni llantos piadosos.

Quiero amigos confiables, de aquéllos

que hacen de la realidad su fuente de aprendizaje,

pero luchan para que la fantasía no desaparezca.

No quiero amigos adultos ni aburridos,

los quiero mitad infancia y mitad vejez!

Niños para que no olviden el valor del viento sobre el rostro;

y viejos, para que nunca tengan prisa.

Tengo amigos para saber quién soy yo.

Pues viéndolos locos y santos, tontos y serios,

niños y viejos, nunca me olvidaré que “normalidad”

es una ilusión imbécil y estéril.”

Oscar Wilde