Ya no queda tinta en el
tintero,
a quedado vacío,
la pluma se ha secado
y ya no puedo escribir más versos,
porque anuncian a despedida,
tu despedida.
Ya no quedan lágrimas por
llorar,
y sin embargo corren como
aguaceros
por mis mejillas.
Cuchillos afilados clavados en
el corazón,
labios confundidos por la
pérdida de tus besos,
manos vacías de caricias,
cuerpo solitario por ausencia
de tus abrazos,
triste agonía por haberte
perdido.
Ya no queda tinta en el
tintero,
un ápice en la pluma,
y escribiendo este verso
me doy
cuenta de que tu,
ya te has ido.
Ana G.