Silencios
cortantes
como
cuchillos afilados,
corazones
contraídos
de
angustias.
Resentimientos
no
olvidados,
el sufrimiento
no es
excusa.
¿Donde
perdí la confianza?
¿En qué
tramo de la vida
quedó
estancada?
¡Por Dios!
¡No me des
la espalda!
No me
tortures más
con estos
silencios
que se
hacen eternos,
por
carencia de palabras.
¿Cuándo
perdí mi alma?
¿En qué
corazón
quedó
clavada?
Soy
culpable, lo sé,
no me di cuenta
que me la
robaban.
Tan sólo
fui, una
mujer
enamorada.
¡Por Dios!
Respóndeme.
Porque si
no me respondes,
no
soportaré vivir más
sin mi alma.
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