Con sus padres.
Con su marido el también actor Liam Neeson
Todos la conocemos. Es, perdón, era una maravillosa actriz. Pero la fatalidad del destino ha querído llevarsela más pronto a su lado. Siempre te echare de menos.
Trasladada primero a una clínica cercana, cuando parecía que su estado no
era grave, posteriormente fue atendida en el hospital de Sacré-Coeur, en
Montreal, donde Richardson entró en coma por culpa de un traumatismo craneal. A
su lado ya estaba su marido, el también actor Liam Neeson, que viajó desde
Toronto donde rodaba el filme Chloe, y en Nueva York, en el domicilio
familiar, se quedó Vanessa Redgrave al cuidado de los dos hijos de la pareja.
Un portavoz del complejo de Mont Tremblant aseguró: "La actriz se resbaló
en una pista para principiantes, mientras recibía una lección de esquí. Iba
acompañada de un instructor, que llamó a una patrulla, y, a pesar de que al
principio no mostraba ninguna herida, fue inmovilizada por su seguridad. Sólo
una hora después empezó a sentirse mal". A petición de su marido, y para
que los hijos estuvieran a su lado, un jet privado trasladó al matrimonio la
noche del martes a Nueva York, al hospital Lennox Hill, donde su situación
crítica empeoró a muerte cerebral. Allí, sus amigos y su familia pudieron
despedirse de ella.
Su amor por el teatro
Richardson disfrutaba mucho más en el teatro que en el cine y la televisión,
aunque la primera vez que actuó fue en un filme de su padre, La carga de la
brigada ligera, con cuatro años. Estudió en
Speech and Drama de Londres, su ciudad natal, y volvió ya como profesional
detrás de las cámaras en Every pictures tells a store, en
partir de ese momento compaginó el cine con el teatro, tanto en Londres como en
Broadway.
Su relación con el cine
En cine las cosas le fueron muy bien hasta mediados de los noventa. Tras Patty
Hearst, enlazó Creadores de sombras, con Paul Newman; El cuento
de la doncella, de Volker Schlöndorff y con Robert Duvall; El placer de
los extraños, de nuevo con Schrader, o El pico de las viudas, de
John Irvin. Divorciada del cineasta Robert Fox, en 1994 conoció en el rodaje de
Nell a su actual marido, Liam Neeson, y decidió relajar su vida
profesional para dedicarse a su familia, un parón que sólo traicionó en 1998
cuando encarnó a la madre de Lindsay Lohan en Tú a Londres, yo a California.
Con el cambio de siglo y tras el éxito de Cabaret, Richardson volvió a la
gran pantalla con Chelsea walls, Waking up in Reno, Sucedió en
Manhattan, la estupenda Asylum o La condesa blanca. El año
pasado, en Evening, de Lajos Koltai, cumplió un sueño largo tiempo
ansiado, trabajar con su madre (y hacer en la pantalla también de madre e
hija), en este drama sentimental con secreto familiar en su interior. En
España, aún está pendiente de estreno Wild child, su último papel en el
cine.