Despechadas
e hirientes palabras,
capricho
de hombre,
algo
no obtiene convirtiéndose
niño
mimado.
Amores escritos
y luego borrados
para
ofender a un dolido y agotado
corazón,
que el único pecado que ha
cometido
ha sido tan solo el de amarte.
Lágrimas
en forma de agujas,
que se
clavan en estos ojos verdes
dolientes
y afiladas, sin escrupulos.
No te
vengues de estos verdes ojos
de mirada
limpia, que nunca dijeron
verdades
disfrazadas y que te han amado
en
silencio sin tener la mínima culpa de nada.
Poema ínedito.
Ana G.